viernes, 19 de diciembre de 2008

Calor


domingo, 14 de diciembre de 2008

El fin de la espera




martes, 9 de diciembre de 2008

El peso




sábado, 6 de diciembre de 2008

Orejas


miércoles, 3 de diciembre de 2008

sábado, 29 de noviembre de 2008

Réquiem (QEPD BIC)

Se desangra la lapicera
en cada línea que escribe
se va quedando sin tinta.

Esas dulces palabras
que celebran el amor
la felicidad
y la alegría
le están costando la vida.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Vidas de mierda


domingo, 16 de noviembre de 2008

Cítricos


jueves, 13 de noviembre de 2008

viernes, 7 de noviembre de 2008

Acto de rendición

Huyen las palabras temerosas.
En desesperada retirada
se descuelgan del renglón
y dejan el espacio en blanco
(no hay comilla, corchete o punto aparte que las contenga).
Tienen miedo, supongo, de no hacerte justicia.
A decir verdad,
no puedo decir que no las comprendo.

martes, 4 de noviembre de 2008

Patas


lunes, 27 de octubre de 2008

domingo, 26 de octubre de 2008

Foco


(¿Sentiste alguna vez
que te miraba con especial atención?)

martes, 21 de octubre de 2008

Hidrología del corazón

Se han escrito ríos de tinta
sobre el amor,
- he leído más de una vez.

Ella no.
De su mano, lo juro,
salen cataratas de tinta y papel.
Y cada noche,
en un salto gigante de palabras y versos
se ahoga, enamorada, hasta el amanecer.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Suele suceder


lunes, 29 de septiembre de 2008

Malas compañías

De repente, sintió en su cabeza sus palabras que se repetían una y otra vez. "Todo va a salir bien" le había dicho la noche anterior, mientras ella se sacaba las ropas y se ponía el batón.
Abrió los ojos y lo vio recorrer su cuerpo con esas manos que se saben expertas. Un escalofrío le recorrió la piel, desde el coxis hasta el cuello, y en un susurro atravesado por una lágrima, alcanzó a murmurar: "Emilio... ¿qué has hecho de mi pobre corazón?".
Él se detuvo y la miró sorprendido, con el temor de saber que eso no tendría que estar sucediendo, al menos no tan pronto.
Recuperó el aliento, y en un rápido movimiento, casi mecánico, tomó lo que buscaba. Cerró la herida y se marcho con el corazón de Gloria en una bolsita con hielo, dejándola sola en esa fría y aséptica sala de operaciones.
Después de ese día, el Dr. Esteban Emilio cambió de anestesista.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Tiempo loco